RELATOS BREVES Y CURIOSOS
MÁS QUE INTERESANTE ESTE ARTICULO, PORQUE NO ESTAN SOLO MIS PALABRAS, SINO QUE TENGO LA PARTICIPACIÓN EXQUISITA DE AMIGOS Y AMIGAS QUE HACEN QUE ESTE BLOG PARTICULARMENTE SEA CAUTIVADOR.
Con mi amiga Sandra, queríamos ir a Brasil, teníamos todo organizado, íbamos a ir con el sobrino de ella y otro amigo, viajaríamos en una camioneta; pero al final se frustró. Después buscamos ir en tour, pero estaba todo ocupado, no había plaza y eso nos desilusionó. Hasta que...un amigo nuestro a quien conocemos hace muchos años,(el vive en buenos Aires) nos invitó para llevarnos y pagarnos todo, así que nos machamos con él, nos sentíamos dichosas el viaje lo estábamos realizando. y además el amor se hizo presente, se ha formado una pareja, mi mejor amiga se puso de novia con el muchacho que nos invitó, ha fluido el amor en ese viaje y yo he sido como la "celestina". Esos días disfrutamos de unas playas bellísimas, hemos conocido gente de la pcia. de Corrientes, y armamos un lindo grupo que compartíamos en playa. La verdad que la pasamos maravilloso, días espectaculares, y que viva el amor!!
El reloj marcaba 13:30 hs y llegaba a la ciudad de La Quiaca, el viaje lo hice en un bus, ya había almorzado mientras viajaba, llegué a la terminal, descendí y pregunte por tal calle Pellegrini, tenía reserva en el Hostel Copacabana, solo quedaba a 5 cuadras de la terminal, así que decidí ir caminando. era un día soleado del mes de Octubre a esa hora con temperatura muy agradable. Camine despacio, las veredas son angostas y el cordón de las mismas muy altas, algunos sectores rotos y yo debía bajar a la orilla de la calle para continuar, yo llevaba una maleta con ruedas de tamaño medio y 2 bolsos pequeños, en mi caminar después de una cuadra y media me sentí agitada, trataba de respirar con calma, y seguir; algo de pendiente había por donde caminaba, llegué al hostel fatigada, casi no podía hablar, toque timbre y cuando me atienden atiné a pedir sentarme y un vaso de agua, hasta que me recuperé un poco para hacer mi check in. Tipo 17 hs tuve que ir al hospital ya que me sentía mal, tenía síntomas de mal de altura. Fui bien atendida, me pusieron oxigeno y me dieron algunos consejos a poner en práctica para estar mejor. Más allá de eso disfruté mucho de la ciudad.
De un viaje resultan tantas historias que contar. Recuerdos de momentos intensos; muchos de ellos tienen que ver con algo inesperado: situaciones de peligro, paisajes hermosos, relaciones hechas por el camino. Estas últimas suelen marcarme particularmente y me siguen acompañando después del viaje En Sucre, Bolivia, conocí a Raúl. Quede con una amiga visitar el museo de dinosaurios. Cuando llegué, vi a mi amiga hablar con un hombre más bien bajo, sonriente, de aire chistoso y burlón( él es Raúl) Acabamos disfrutando anécdotas mientras paseábamos por este sitio arqueológico impresionante, donde quedan huellas de dinosaurios que pasaron por allí millones de años atrás. Raúl resulto ser un chico bastante amigable, por lo cual planeamos otro encuentro. Ya cuando había llegado a Santa Cruz, ciudad cálida, húmeda y alegre, me marcó el sentido de humor, la sencillez. y la generosidad de Raúl; me invitó a su casa, me presentó su familia, ellos también muy acogedores. Con los días nos volvimos amigos, y compartimos mucho, descubriendo nuestras culturas respectivas. Aunque las distancias y modo de vida nos alejaron físicamente; queda marcada la gratitud de un encuentro inesperado; de alegría y donde las risas nos superaban , la curiosidad, la vulnerabilidad y la generosidad. Gracias; Raúl, y que allá donde tú y tu familia estén, les vaya muy bien!
Ana Laura; de Campo Grande/ Mato Grosso do Sul -Brasil
En mi viaje a Perú, durante el Día de la Pachamama, fui invitada por un grupo de mujeres artistas a una “caminata del poder” hacia las Siete Lagunas de Ausangate. Subimos juntas por las montañas de la cordillera de Vilcanota, entre llamas y paisajes que quitaban el aliento. Al llegar a lo alto, hicimos nuestras ofrendas a la Madre Tierra, y ellas me presentaron una medicina tradicional andina llamada San Pedro,(es un cactus columnar utilizado tradicionalmente con finalidades médicas y religiosas en algunas zonas de América del Sur.) que yo aún no conocía. La experiencia me trajo una profunda sensación de paz y plenitud, como si estuviera exactamente en el lugar correcto. Fue uno de los momentos más hermosos y significativos de mi vida.
Una de las experiencias mas lindas que tuve fue durante la pandemia donde vi plasmado el amor y la humanidad de gente que no conocía. Viajaba por el norte Argentino, regresaba de Jujuy aún me quedaban unos días y decidí recorrer un pueblito de Santiago del Estero .Debido a la pandemia los limites entre provincias se complicaban aunque tenía todos los permisos necesarios para que me permitieran pasar. En el limite entre Tucumán y Santiago Gendarmería no me dejaba circular y entrar a la pcia. pero a modo de ayudarme me indicaron un camino muy poco poblado que podía transitar de unos 25 km. acepte y comencé a caminar ... luego de unas horas caminando por el monte el celular se me apago y para colmo de males erre el camino, en lugar de salir al pueblo que iba; estaba entrando mas en la profundidad del monte ...camine y camine saltando tejidos y cruzando fincas sin encontrar ninguna casa y a nadie que me ayudara ...por momentos parecía que el monte me cubría, miraba al cielo pidiendo ayuda ;me pare en la punta de un palo alto y a mi alrededor solo había vegetación que no terminaba ;a las 9.00 baje del colectivo y entre a caminar y note que el sol ya me pasaba así que calculaba eran las 15.00 mas o menos ..el miedo se apodero de mi y pedí ayuda a Dios . Cansado ya con mi mochila y sin agua cuando de repente a lo lejos divise el techo de pajas de un rancho. Una alegría me invadió, camine hasta la tranquera. Golpeé las manos con todas mis fuerzas ya que la casa estaba lejos de la entrada .Varios perros salieron a mi encuentro y detrás de ellos un hombre de mediana altura al acercarse me dijo en tono bajo buenas...buenas...traté de hablar y solo pude decir "me perdí en el monte" El me miro y entendió ;me señalo que me sentara bajo un árbol de Itin y me dijo ahora vuelvo. Regreso con una botellita de agua y un sándwich de milanesa....come tranquilo me dijo que yo te voy a sacar de acá. Al rato vino con su hijo y me llevaron al pueblo. Gracias a él y a su bondad seguí mi viaje sano y salvo de los peligros que había a mi alrededor .Hay gente maravillosa y siempre estaré agradecido a el.
Jovita; de Posadas, Misiones AR
Hace 22 años, el esposo de una amiga fue enviado como embajador a Guatemala, después de unos meses mi amiga viajó para quedar junto a su marido; ella no se
adaptaba, se sentía sola, un día me llamó y me invitó a ir para acompañarla unos días, en ese momento yo no podía, pero le dije que si lo haría a mediado de año. Viajé en el mes de Julio para Guatemala, hermoso país por cierto; una noche salimos a una ciudad que se llama Chichicastenango, fuimos a cenar a un lugar muy lindo, dónde estaba la barra era como un quincho y las mesas estaban en otro sector, como estaba lleno el lugar, tuvimos que esperar, mientras tanto yo me pongo de espalda a la barra y observo a las personas que estaban allí; y contra la pared estaban los asientos largos con mesas pequeñas y luz tenue de farol y reconocí a alguien increíble que es Alex Baldwin (actor y yo me quedé loca) nos comunican que se había desocupado una mesa y justo estaba al lado de este señor, y me tocó sentarme a su lado (guau imaginen como me sentía je) yo lo miraba con insistencia y el se dio cuenta, me miró y me guiño el ojo, y siguió conversando con su gente. Y nosotros a lo nuestro. A los 3 días llegó mi marido, y decidimos pasear por la antigua Guatemala, ya mi marido sabia de mi anécdota y de pronto me dice mi esposo, mira quien está cruzando la calle, y era el actor. estuve 1 mes en ese bello país. Cuando regreso a la Argentina, un día voy a visitar a mi hija a Puerto Iguazú, cuando entro a su casa el televisor estaba encendido y había una película del actor Baldwin, comienzo a comentarle a mi hija de lo vivido en Guatemala y ella me dice la peli que estamos viendo en este momento está filmada en ese país, y en una entrevista él comento que le gustó tanto aquel país que decidió visitarlo en otras ocasiones. Y yo feliz de haberlo conocido en persona.
Vale; de Zapala, Neuquén AR
En casa recibimos muchos viajeros. Tenemos una bitácora de viajeros (es un cuaderno o documento utilizado para registrar avances, reflexiones, observaciones o cualquier información relevante relacionada con un proyecto, actividad o proceso ) Muchos de Argentina, pero también de todas partes del mundo. Brasil, chile, Perú, de Europa, Rusia, Taiwán etc. Todos siempre colaborando en la construcción de la casa, huerta, la mayoría nos cocina alguna comida tradicional de su país o región. Vivimos sus viajes como propios.
Una de las anécdotas de esos viajeros se trata de una pareja Clemente y Damaris que salieron de Chile para iniciar su modo viajero, era la primera vez que salían de su país; los recibimos en nuestra casita y fue muy linda la experiencia con ellos, se quedaron casi un mes nos ayudaron en la construcción de la casa, a la vuelta de su viaje volvieron por segunda vez a casa y se formó una gran amistad entre ellos y nosotros, este año nos invitaron a su casamiento que fue en el mes de enero. Fue una hermosa fiesta, nos recibieron con mucho afecto y nos pasearon por el sur de chile, así conocimos lugares preciosos en el país vecino.
Hace algún tiempo atrás je, cundo yo era soltera y cuando viajaba sin un peso $$$ para un buen hospedaje.
Solía ir a Camping donde pillaba y esos lugares eran tan pobres que las duchas están afuera; esto sucedió en el sur de Chile en Lican - Ray (es un pueblo de la comuna de Villarrica ubicado en la ribera norte del lago Calafquén, en la Región de la Araucanía. Tiene una población de 6700 habitantes y actualmente es un activo centro turístico) cerca de Temuco.
el lugar para bañarse era como una caseta hecha de material liviano y un espacio chico. Regio llevé mis cositas "tiro laanguera" y comencé a bañarme no había agua caliente así que tenía que soportar el agua fría ; de repente me enredé los pies y para afirmarme " y no sacarme la cresta" (caerme) me apoyé en la pared o lo que precia pared y... la cuestión que la caseta se desarmó y quedé en pelotas 😅😅 para el otro lado. La casucha quedó destruida, y lo peor de esto es que me querían cobrar. La cuestión partí a medio bañarme.
Había dejado Argentina y marchaba con la mochila cargada de sueños y ganas de ver el mundo
con mis propios ojos. Mi viaje por Latinoamérica estaba lleno de encuentros, paisajes
y aprendizajes. Venía haciendo voluntariados, creando arte con el humor y la voz,
aprendiendo a vivir con lo justo. Así fue como llegué a Ecuador, luego de cruzar desde
Perú con la idea de quedarme unos días en la playa haciendo un voluntariado en un
hotel de Puerto López.
Lo que no sabía era que apenas unos días después, el país entero se pondría de pie.
El gobierno había anunciado un aumento de apenas 0.25 centavos de dólar en el
precio del combustible. Algo mínimo, pensé. Pero en Ecuador eso significaba mucho
más. Después de más de diez años de estabilidad económica, ese pequeño cambio
fue la gota que rebalsó el vaso. En cuestión de horas, las calles se llenaron de gente,
las rutas se cortaron, y la frontera se cerró. Por once días, nadie entraba ni salía del
país.
Yo estaba ahí, varada, sin saber muy bien qué hacer. Sentía miedo, claro. Estaba lejos
de casa, sin certezas, con la tensión creciendo a cada hora. Pero también sentí una
profunda admiración. Ver a un pueblo tan unido, tan decidido a hacerse escuchar, me
emocionó. No era violencia por violencia: era lucha, era dignidad, era acción
colectiva.
En el hostel donde me encontraba, no llegaban turistas, y con ellos, tampoco
llegaban ingresos ni alimentos. Pero teníamos creatividad y materiales. Recordé los
restos de caña que habían sobrado de un techo que estaban construyendo y propuse
hacer lámparas con ellos. Con un poco de alambre, taladro, barniz y ganas, empecé a
crear. Las lámparas no solo iluminaron las noches, también dieron sentido a esos
días tan inciertos. Con ese pequeño intercambio, pude quedarme, comer, ayudar, y
aportar algo a ese momento tan intenso.
Cuando por fin reabrieron las fronteras, la finca volvió a recibir visitantes, y con ellos,
volvió el trabajo. Yo seguí mi camino, con la mochila un poco más llena: de historias, de luces hechas a mano, y de una profunda admiración por el coraje del pueblo
ecuatoriano.
Durante un viaje por la provincia de Jujuy, AR ;pasé unos días increíbles recorriendo los pueblos de la Quebrada de Humahuaca. Uno de esos días decidí visitar Iruya, un pequeño pueblo escondido entre montañas. El trayecto fue largo y lleno de curvas, pero los paisajes eran tan espectaculares que mereció totalmente la pena.
Pero la verdadera historia empezó en el camino de vuelta. A mitad de trayecto, el motor del autobús se averió. Todos los pasajeros bajamos a la carretera, en mitad de la nada. No había nadie a kilómetros a la redonda. La noche empezaba a caer y sabíamos que la temperatura bajaría rápido. Por la altitud, allí de noche puede llegar fácilmente a los cero grados.
Al rato pasó un coche. El conductor del autobús lo paró, y el chofer del coche, subió para pedir ayuda y nos dijo que volvería... pero nunca regresó. Al menos, yo no lo volví a ver. Así que los que nos quedamos allí decidimos que la mejor opción era hacer autostop e intentar llegar al pueblo más cercano.
Pensábamos que sería fácil, pero no lo fue. Nuestro autobús era el último del día y, al hacerse de noche, cada vez pasaban menos coches. Después de casi una hora apareció un coche con sitio para dos personas. Se subieron dos del grupo y se marcharon. Yo me di cuenta de que aquello que nos pasaba iba para largo, así que cuando al fin pasó otro coche más grande, me metí como pude.
No tengo ni idea de cuánto tiempo pasó hasta que el resto consiguió salir de allí. Quizá fue poco, quizá no... nunca lo sabré. Pero fue una de esas anécdotas de viaje que se te quedan grabadas. De las que te despiertan por dentro y te hacen sentir más vivo que nunca.
Thanya; de Maringá , Brasil
Amo viajar, amo hacer voluntariados. Porque todos mis viajes, voluntariados y convivencias; son experiencias que me dan energías y conexión con las personas.
Esta historia me pasó en Italia en Agosto del 2020. Yo me inscribí a un voluntariado que ofrecían y como yo estaba con poco dinero haciendo el viaje; viajaba con un poco de carona (significa "viaje gratuito en cualquier vehículo) algo de tren o ómnibus, todo mixturado, buscaba el voluntariado para economizar trabajando 4 o 5 hs por día; durante 5 días a la semana, canjeando mi trabajo por cama y alimentos; busque como llegar a la dirección del voluntariado, pesquisé en Google y me mostró la última estación donde debía tomar el tren, ya era un poco tarde y comenzaba a oscurecer, algunas personas que estaban en la estación mostré la foto del lugar que yo iría a voluntariar, nadie conocía; pero un sr. me dijo que si quería podía dormir en su casa. El tren iba con atraso, demoraba mucho, yo estaba desesperada, porque al bajar aún me faltaba mucho para llegar a la dirección que tenía. Llego el tren y yo mire al sr que me invito ir a su casa y le dije que aceptaba, de allí tomamos un ómnibus para ir a otra ciudad, llegamos a su casa y su esposa nos abrió la puerta, su sra. es muy simpática, ella me hablo que su marido era un buen samaritano, me acogieron en su hogar pude tomar un baño y cenar. el sr sabía que yo no iba a llegar a tiempo a la dirección que tenía porque era muy confusa, al final en ese lugar no había vivienda alguna, solo una plantación y muy alejado de todo. Entendí la situación y quedé con miedo. Este sr. que me ayudó se dio cuenta lo que me aguardaba y que no era las facilidades que yo esperaba. A veces no aceptamos la ayuda de las personas que solo buscan hacernos bien; porque son extraños. Para mi fue una salvación que Dios a través de esta personas yo encontrara cobijo y guía, ya que el voluntariado no existía, era una trampa.
En octubre del 2024 viajé a España pero nos ocurrió algo antes de salir.
Obviamente para ir al aeropuerto de Ezeiza (Argentina) me gusta llegar temprano ya que el avión salía a las 12 y nosotros salimos como a las 9:30 de la mañana para el aeropuerto. Llegamos, nos pusimos en la cola y resulta que en el momento en que vamos a despachar las valijas hay que presentar los documentos. Yo presento mi pasaporte y mi pasaje, si que todo ok, despacho mi valija; pero cuando le piden a Norma el pasaporte y su pasaje para despachar su valija dicen "señora su pasaporte está vencido".(Ella tiene también nacionalidad española) En ese momento nos sorprendimos y nos agarró la desesperación. ella dice no puede ser y luego recapituló un poco y dice: me traje el pasaporte vencido..!! Obviamente salimos de la fila, nos sentamos a pensar cómo podíamos solucionar el problema ya que el tiempo corría. Llamó a su colaborador para que fuera a su casa a buscar su pasaporte español vigente y si bien lo encontró, el tema era cómo hacérnoslo llegar al aeropuerto rápidamente.
Pensamos en que podría tomarse un taxi y llegarse hasta el aeropuerto para traernos el pasaporte,... pero el tránsito estaba bastante complicado y sabíamos que iba a tardar mucho.
Nos volvimos a sentar, ...encontrar una solución era bastante complicado, hasta que se nos ocurrió, que podían mandarlo a través de un servicio de moto exprés de Uber y de esa manera tener rápidamente el pasaporte. Por suerte acertamos la decisión siempre con el corazón en la boca de saber si esta persona nos iba a encontrar y a su vez que no hubiera tenido problema de llegar.
Decidimos que yo me quedara con las valijas esperando en el Hall del aeropuerto y ella iría hasta la puerta de entrada para esperar a quien traía el pasaporte.
Para mí los minutos se hacían eternos porque había mala comunicación de celulares y no sabía qué era lo que pasaba. Así pasaron 10, 15, 20 minutos y ella no volvía, hasta que, allá lejos la vi venir con una sonrisa y el pasaporte en la mano levantado diciendo "acá lo tengo".
En ese momento recuperé mi aliento nuestras caras cambiaron y a partir de allí el viaje retomó su curso normal y nuestras caras volvieron a ser de alegría pensando en lo que nos podría haber pasado si ese pasaporte no llegaba.
Soy una viajera que por curiosidad ,el deseo de aprender y descubrir elegí viajar por Sud américa. Cada año fracciono mis vacaciones y lo voy planificando, priorizo conocer primero América para después conocer Europa.
de todo lugar que ya conozco y de tantas anécdotas que tengo por tantos viajes que realicé. Ahora menciono la de Sao Pablo, Brasil
En Sao Pablo tuvimos dificultad para entender lo que hablaban los habitantes, ese viaje lo hice con mi hija así que entre las dos nos acompañamos y hablábamos mucho entre nosotras, en ese lugar no había muchos hispano hablantes, en esta ciudad nos quedamos 3 días y 2 noches, lo que me llamó la atención es la cantidad de indigentes que hay y como que me asustó un poco, no eran agresivos pero el hecho de verlos y por su forma, me daba temor , las plazas estaban repletas de indigentes, a cierta hora las ONG les traían sus alimentos; por cualquier sitio te encontrabas con ellos. Con mi hija sufrimos mucho porque no sabíamos como hacer para comunicarnos ya que no hablamos el portugués y aunque el traductor del celular nos ayudaba, no es sencillo si no hablas su lengua. Sao Pablo es muy bonito, la gente es muy amable, trata de ayudar aunque no nos hagamos entender bien, cuando nos escuchaban preguntar algo nos orientaban y nos daban su tiempo. El idioma portugués escrito es más entendible que oírlo de sus habitantes, por eso nos encontramos con la dificultad en comunicarnos libremente. Aún asi fue muy grata la experiencia.
Quiero contarles una anécdota, recibo gentes de otros países a través de Couchsurfing; pero hay algo muy particular fue con Javier Estonsinski, un chico joven, colombiano que vino a quedarse tres días y después decidió quedar por dos semanas, le gusto Mendoza y después me pidió un mes de alquiler, gracias a él y a su pasión por las montañas, yo pude conocer las montañas acá en Mendoza, y fue una aventura para mí. Me preparó obviamente, haciendo actividad física todos los días, y me mostró realmente lo que yo tenía en mi propia provincia, después de un mes; salí con él y con un muchacho venezolano y fuimos a Penitentes. Y fue una aventura muy increíble, porque jamás pensé que podía llegar a a subir casi 3000 m de altura, Dormimos a mitad de camino en carpa y en la mañana siguiente hicimos lo que quedaba para llegar a la cima. Sufrí apunamiento o mal de altura, por suerte no me duró mucho, ya que lo que me dieron a tomar una bebida y me ayudó a recuperarme, lo lindo que fue para mi vivir esa experiencia!!
Después conocí a un grupo de amigos acá en Mendoza y empezamos a ir a distintos lugares y a conocer distintas quebradas, montañas, y bueno el Trek King pasó a ser algo muy lindo para mí, gracias a este amigo de Colombia que estuvo acá. El regresó para estudiar y rendir para hacerse guía de montaña, la carrera es una formación gratuita que la paga el Estado. Sí sé que que es un hombre de montaña, era impresionante su pasión.
Estas cosas que tiene la vida que cuando uno recibe a alguien, no espera que esa persona, se convierta en un incentivó, compré todos los elementos para para esta aventura. Me queda el recuerdo de Javier Estonsinski, su calidez, su buena persona, excelencia.
Ha sigo un gusto para mi tener la colaboración de mis amigos para este artículo, y lo interesante que es descubrir variedad de relatos y experiencias vividas. Deseo que uds mis lectores también lo disfruten. Gracias a todos.















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